sábado, 13 de febrero de 2016

El Siglo XX : El Criollismo

Nombres Esenciales de la Literatura Venezolana

El Siglo XX
El Criollismo

      Francisco Lazo Martí (1869-1909) con su Silva criolla(1901) y, sobre todo, por su versión definitiva Silva criolla a un bardo amigo(1914) es el poeta del criollismo. La Silva criolla es el tercer gran poema de la lírica venezolana, le anteceden la Silva a la agricultura de la zona tórrida(1826) de Bello y Vuelta a la patria de Pérez Bonalde. Ese modo de poesía telúrica, el llamado nativismo, lo llevó a su esplendor contemporáneo el Barinés Alberto Arvelo Torrealba (1905-1971), especialmente en su poemario Cantas(1932), allí está la quintaesencia de su merodear con la palabra. En Luis Manuel Urbaneja Alchelpohl(1873-1937) los universos del criollismo en prosa llegan a su plenitud tanto en sus cuentos, de los cuales “Ovejón”(1922) es el esencial, como en su novela En este país(1916), la primera obra literaria venezolana premiada internacionalmente.

El Modernismo

El modernismo significó la madurez de las letras latinoamericanas, ya plenamente emancipadas estéticamente de las españolas, al menos desde 1888, año de Azul del nicaraguense Rubén Darío(1867-1916), fecha también del Julián de Gil Fortoul. Fue así que los galeones retornaron a la madre patria según la expresión precisamente de Manuel Díaz Rodríguez(1871-1927), novelista, cuentista, ensayista, pensador de lo literario. Sus novelas Ídolos rotos(1901) y Sangre patricia(1902) son las mayores de las suyas y estas lo hacen el primer novelista del modernismo hispanoamericano. Ambas novelas son complementarias: la primera mira la situación social, la segunda una conciencia en crisis, el proceso de una neurosis, lo cual la hace nuestra primera novela psicológica.

Figura también fundamental del modernismo fue el ensayista Pedro Emilio Coll(1872-1947) por las hondas reflexiones de sus ensayos. Pero quien penetró en el alma criolla a través de la honda reflexión psicológica que significó su celebrado cuento “El diente roto”(1898). Obra no menor es su tríptico Las tres divinas personas(1925), considerado por el crítico alemán Ulrich Leo(1890-1964), joya de nuestra prosa modernista.

Los modos del modernismo y del criollismo se hicieron presentes en Rufino Blanco Fombona(1874-1944), polígrafo quien escribió obras muy destacadas en diversos géneros. En poesía en su Cancionero del amor infeliz(1918); su mejor novela es El hombre de hierro(1907); sus Cuentos americanos(1914) nos muestran la esencia de su cultivo del género. Siempre se ha considerado su mejor cuento “El Catire”; ensayista destacado en La lámpara de Aladino(1915) fue Blanco Fombona. Fue también historiador y cronológicamente nuestra primer editor en el siglo XX, con los antecedentes, en el siglo XIX, de Valentín Espinal(1803-1866), los hermanos Rojas y la imprenta El Cojo. Es Blanco Fombona figura siempre central de nuestras letras, historia y pensamiento.



Rómulo Gallegos

Con Rómulo Gallegos(1884-1969), nuestro mayor novelista de todos los tiempos, nunca superado, el universo literario tomó el sendero de la novela de la tierra y del regionalismo, ya cultivada antes tanto por Eduardo Blanco(1838-1912) en Zárate(1882), por Manuel Vicente Romerogarcía(1865-1917) en Peonía(1890) como por Urbaneja Alchelpohl en En este país. Fue Gallegos que llevó la forma a su plenitud, especialmente en su gran creación Doña Bárbara(1929), recibió en España el tercer galardón obtenido por una obra literaria venezolana, el premio de “El Mejor Libro del Mes”, es Doña Bárbara la mejor novela venezolana, insuperada aun hoy, como por medio deCantaclaro(1934) y Canaima(1935) sus otras dos afortunadas creaciones, Cantaclaro la preferida para él, aunque ambas fueron escritas al unísono durante su exilio en España. Fue Gallegos también sustancial cuentista, especialmente psicologista en la mayoría de ellos, tal es el caso de más recordado de todos “La hora menguada”(1919).



Salustio González Rincones

Se ha dicho con razón que Salustio González Rincones(1886-1933), compañero de Gallegos en la aventura de la revista de La Alborada(1909), es el primer poeta en el cual se produjo una revuelta del lenguaje. Ese sería evidente años más tarde tanto en José Antonio Ramos Sucre(1890-1930) como en Rafael José Muñoz(1928-1981), y ya en la segunda parte del siglo XX, en una obra aun inclasificable El círculo de los tres soles(1968).



La Crítica Literaria

Jesús Semprum(1882-1931) no solo fue uno de nuestros principales críticos sino el analista por excelencia de los rasgos del modernismo.Luis Correa(1886-1940) por su Terra patrum(1930), Julio Planchart(1885-1948) en sus Temas críticos(1948) y Rafael Angarita Arvelo(1898-1971), fueron de densos analistas de nuestro proceso literario, hondo estilista el primero, siempre certero el segundo en sus exploraciones. Angarita trazó el sendero de un género en su Historia y critica de la novela en Venezuela(1938).



Teresa de la Parra

Nuestra primera poeta mujer fue Sor María de los Ángeles(1765-c1818) a fines del período colonial. Con Enriqueta Arvelo Larriva(1886-1962) se hicieron presentes nuestras grandes aedas, en su caso con su extremo lirismo y dolor, en sus contemplaciones interiores, hay, incluso, quien se ha preguntado sino no fue Enriqueta nuestra mayor poeta mujer.

Teresa de la Parra fue la primera y más singular de nuestras novelistas, su primera novela fue Ifigenia(1924), nuestra primera novela de amor, frustrado en el caso de su protagonista, María Eugenia Alonso. Ifigenia fue la segunda obra venezolana en ser premiada en el exterior, en su caso en París. Su segunda novela Las memorias de mamá Blanca(1929), la siguió un lustro después. Su ensayo Influencia de las mujeres en la formación del alma americana, escrito en 1929, pronunciado como conferencias a Bogotá, en 1930, impreso en 1961, es nuestro primer libro feminista.



José Rafael Pocaterra

José Rafael Pocaterra(1889-1955), el de la escritura áspera, de ciertos rasgos zolescos, si bien escribió varias novelas, entre las cuales la más importante fue La casa de los Abila(1946) brilló para siempre en nuestras letras como maestro de la narración corta, por sus Cuentos grotescos(1922), libro insuperable e insuperado. Y, desde luego, con sus inclasificables Memorias de un venezolano de la decadencia(1927).




La Generación de 1918 

En 1918 se hizo presente una de las generaciones poéticas más profundas y densas de nuestra literatura: la de 1918. Esta se inició con la publicación de los Primeros poemas(1919) de Enrique Planchart(1893-1953). Entre ellos Ramos Sucre escribió toda su obra en poemas en prosa(no fueron los suyos prosas poéticas, como erróneamente se ha dicho), fue prácticamente el fundador de ese modo sobre todo en Las formas del fuego y El cielo de esmalte, ambas impresas en 1929. Si su obra se inicia con la primera letra del alfabeto griego, Alfa, con el sobrecogedor “Preludio” de La Torre de timón(1925), en el cual la obra íntegra del poeta ya está expresada, se cierra con el “Omega”, útima letra del alfabeto griego, de El cielo Esmalte en donde invita a la parca a visitarlo, un año mas tarde falleció por voluntad propia.

De 1918 fueron también Fernando Paz Castillo(1893-1981), quien brilla especialmente por El Muro (1964), por las mil preguntas metafísicas que se hizo. El finísimo Rodolfo Moleiro (1898-1970) extremó el cuidado y la corrección de su escribir, su primer poemario lo editó después de pasados los cincuenta años, Reiteraciones del bosque y otros poemas (1951).

Andrés Eloy Blanco (1896-1955), otro hombre de los de 1918, ha sido el poeta de mayor popularidad en nuestras letras. En poemarios suyos como Poda(1934) o Giraluna (1955) está la esencial de su hacer. Su Canto a los hijos siempre ha sido considerado como una de nuestras más bellas creaciones, mensaje y manda de un padre a los vástagos. Su elegía A un año de tu luz(1951) debe considerarse como una de las grandes del género en nuestras letras.



Enrique Bernardo Núñez 

Enrique Bernardo Nuñez(1895-1964) brilló como novelista por esa joya del género que es Cubagua(1931). No menor es La galera de Tiberio(1938), esta que aun espera una edición crítica comparativa de sus dos versiones(1938 y 1967), la príncipe es sin duda la mejor, nosotros, hemos hecho una lectura comparativa de ambas.



Mario Briceño Iragorry 

Mario Briceño Iragorry(1897-1958) fue un historiador, como ensayista, destacado por su ejemplar prosa, pensó con detalle la esencial de ser venezolano, especialmente en su Mensaje sin destino(1951).



Augusto Mijares

A su vez, todavía otro hombre de 1918, Augusto Mijares(1897-1979) se detuvo a buscar los rasgos positivos del ser venezolano y las características de nuestra continuidad espiritual. Su estilo es siempre estimulante y bello. Su libro Lo afirmativo venezolano(1963) es un ideario nacional. No menores son los ensayos que reunió en La luz y el espejo(1955), El Proyecto de América y el discurso preliminar(1960), Vida romántica y romanmticismo literario(1971) y Longitud y latitud(1979), la meditación nacional de Mijares es tan significativa que no se puede pensar en Venezuela sin detenerse ante su escribir.




Leopoldo Ayala Michelena 

Leopoldo Ayala Michelena(1897-1962) es la figura central del llamado teatro criollo, fue considerado padre del teatro venezolano de su tiempo. Fue muy influido por Henri Ibsen(1828-1906), entrañable es su pieza Al dejar las muñecas(1915).




Julio Garmendia 

El siglo XX nuestra literatura ingresó en la contemporaneidad con Julio Garmendia(1898 1977), especialmente a través de sus cuentos de La tienda de muñecos(1927), reacción auténtica contra todo lo adocenado del criollismo ya agotado entonces. Fue Garmendia también el fundador, antes que el argentino Jorge Luis Borges(1899-1986), del realismo fantástico en las letras latinoamericanas.




Mariano Picón Salas 

A Mariano Picón Salas(1901-1965) se le ha considero siempre nuestro primer ensayista, con antecedentes a nuestro entender tanto en El humo de mi pipa(1891) de Gil Fortoul como en Camino de perfección(1911) de Díaz Rodríguez, auténticos ensayos ambos. Pero todo lo que Picón Salas trata en sus perfectos escritos siempre se transforma en ensayo, incluso cuando escribió su autobiografía en Regreso de tres mundos(1959). También exploró el reino de la infancia en una de nuestras más bellas novelas, Viaje al amanecer(1943), su mejor creación en los reinos de la ficción.




El Explorador de las Palabras 

En Angel Rosenblat(1902-1984) descansa todo el conocimiento que tenemos hoy del castellano que se habla en Venezuela, de allí sus Buenas y malas palabras(1956), obra nunca superada, base del Diccionario de venezolanismos(1983), hecho bajo la dirección de su discípula María Josefina Tejera(1930). Pero fue Rosenblat también maestro del ensayo en La primera visión de América(1965) y muy diestro crítico en La lengua del Quijote(1972).




Lucila Palacios 

Lucila Palacios(1902-1994) marcó el momento del ingreso, en la época post Teresa de la Parra, de lo que podemos llamar la novela mujeril, esto especialmente en sus Tres palabras y una mujer(1944). Se ha considerado siempre como su libro principal El corcel de las crines albas(1950).

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